martes, diciembre 27, 2005

Muerte Roja en San Francisco '68

Muerte Roja caminaba entre las carpas coloridas. El sol se mostraba majestuoso sin ninguna nube en el cielo. Serenamente se dirigía hacia el centro de la enorme masa de gente que se había congregado para este concierto gratuito. Un grupo de hippies radicales lo habían contratado para eliminar un espía del gobierno supuestamente del departamento anti-narcóticos. Le habían dicho que una vez que lo encontrara lo reconocería inmediatamente. Muerte Roja se abría paso entre la multitud. El aroma a sudor y hierbas dulces pululaba en el aire. Cabellos y flores por todos lados, mucha piel al sol y pies descalzos. Alguien habría dejado las jaulas abiertas pensó el. Una rubia semidesnuda se le acerco gritándole algo y examinándolo con mirada soñadora. “Hey man wanna trip on some acid?” le pregunto extendiendo la palma de su mano con un papelito violeta. Muerte Roja la miró dos veces, una vez a los ojos, otra vez a sus pechos desnudos, agarró el ácido, se lo llevo a la boca y siguió de largo. Debía encontrar al infiltrado. Buscaba a alguien que desentonara con el resto del ambiente, tendría que mantenerse alerta. De pronto la gente empezó a gritar eufórica agitando sus collares y pulseras. The Grateful Dead había subido al escenario. El show estaba por comenzar, Jerry Garcia con la barba casi hasta el ombligo dijo algo ininteligible al micrófono y el público volvió a rugir. ¿Pero donde diablos estaba su objetivo?
alan's psychedelic breakfast
Avanzaba escrutando las caras de los salvajes. A la vez todos parecían observarlo a el. Reían y le hacían muecas al verlo pasar, malditos monos. ¿Sabrían que estaba haciendo el aquí? Las caras se estiraban sus ojos como huevos de pascuas la piel elástica pelos como techos de paja que se movían con el viento. Los locos bailaban ¿se habría descuidado y dejado llevar a una especie de macumba siniestra? El ambiente se ponía tenso. Muerte Roja se movía ahora con la mano en la cintura donde llevaba su cuchilla afilada. Una música hipnótica llegaba desde el escenario una base constante una guitarra aguda por encima por abajo por los costados rajante afilada como su navaja. Los animales habían estado jugando con el sol ahora verde después violeta húmedo humo caliente. Un pelado con cara de martini y aceitunas se movía en dirección contraria hacia el. Lentamente como levantando las piernas enterradas en un pantano, Muerte roja sacó su cuchillo, una prolongación de su ser desde sus uñas desde sus huesos. El metal brillando le pedía le decía le gritaba married burried married burried. El pelado ahora a su lado su cuchillo embistiendo enterrándose en el vientre blanco el sol rojo el cielo rojo sus manos rojas el filo rojo muerte roja. Los salvajes rugiendo y saltando a su alrededor Muerte Roja brincando de una lado a otro moviéndose con la música y asaltando los cuerpos que van cayendo y apilándose. Un verdadero festival, la sangre corre se deja beber empapa se filtra por la piel oh the horror the horror. La música se detiene pero otra de mas allá lo abraza y acompaña, su navaja baila como nunca como siempre arremete como un tren this is the end. Se va haciendo lugar como un tractor en las amazonas. Muerte Roja se mueve entre las carpas rajando teñindo telas flores de tinto de sangre de vida de muerte y ya no queda nada más que campo y libertad y correr hacia el sol que ahora esta mas rojo que nunca llamándolo desde el horizonte my only friend, the end.
las verdaderas aventuras de Muerte Roja estan en : QueNosLLeveElInfierno