I.
Jay Rawlins era un joven guitarrista blanco en la tierra de los grandes guitarristas negros. Estamos hablando de New Orleans, ahí donde baja el río Mississippi serpenteando al ritmo del blues y del jazz. Sus padres habían muerto en un trágico accidente en los pantanos donde fueron tragados vivos por los cocodrilos. Esto sucedió cuando tenia apenas seis años. Lo más increíble del asunto fue que lo adoptaron en la familia de esclavos negros que trabajaban en los campos de algodón de su vieja estancia, estancia que había pasado a ser propiedad del estado ya que el era el único familiar sobreviviente y no tenía edad suficiente para reclamar nada. Así que Jay pasó su infancia trabajando en sus campos de algodón y tocando la guitarra por las noches con el resto de los niños negros. Se dice que para tocar un buen blues uno debe realmente sentir esa tristeza en la sangre y... perdóname slaves pero este ya me aburrió.
II.
El polvo se acumula sobre los estantes cubiertos de libros y discos. En una mesita, un viejo tocadiscos. El cuarto se encuentra en semioscuridad iluminado solo por una antigua lámpara de piso que produce una leve luz anaranjada. En el medio, una cama, sobre ella una dama desnuda. Esta fumando, escupe humo como chimenea de fábrica. Por la ventana abierta asoma la noche. La brisa juega con las cortinas y sus sombras bailan contra la pared. La dama en estado de trance fuma y observa. De repente una ráfaga mas fuerte de lo común entra aullando por la ventana, las sombras enloquecen y el tocadiscos comienza a rodar. Aunque no tiene ningún disco puesto empieza a sonar un blues profundo y sensual. Las sombras se retuercen y danzan al compás. La mujer sigue como hipnotizada y respira cada vez mas hondo. El sonido de la guitarra slide se desliza de un lado a otro en la habitación y crea dibujos con el humo. La dama larga el cigarrillo y se pone a temblar suavemente mientras gime como una negra cantante de gospel. El blues llega a su etapa culmine y finaliza con un agudo solo de guitarra cargado de dolor. La mujer estalla en una mezcla de orgasmo y llanto desolado. Una sensación extremadamente agridulce. Así son los blues verdaderos. El tocadiscos se frena y la brisa desaparece. Ya es casi de día y el único sonido dentro de la habitación es el de ella que continua sollozando.
Vida de Daniel Zariello (1956-2024)
Hace 4 meses.
12 comentarios:
ya se... es el espíritu de stevie ray vaughan
jejejje, siempre mejoras con lo que escribis, siempre uno mejor que el otro... de mis cuentos ni hablar, ya no me gusta ni lo que escribo, es tristisimo!!
ya estoy para el segundo titulo!!! ah! el tuyo es: No hay sirenas sin muertos que floten.
Vienen mas dificiles ahora
Casi dan ganas de oir blues.
Bueno.
stevie ray vaughn rules!!!
Con la promo de lucky strike me canjié un dvd de Jimi hendrix e vivo, de putititititísima madre!!!
Ufff. muy bueno!
besos!
que tal si destruimos el blog de poche, breton!!!!
realmente me ha impactado el segundo cuento. he llegado a sentir esa sensación alguna vez....cómo la música te puede atravesar y dejarte congelado, un sentimiento como el que describían los místicos.
ciao!!
slaves, me mataste con el titulo pero voy a hacer lo posible, dejalo al pobre de poche en paz
cross, gracias
gugú, sos una MASA
layoli, realmente me alegra que te haya gustado, ciao!
me gustó mucho..., el llanto y el blues, son como una cosa la perfecta representación del otro,y porqué no????, esa inefable sensación que lleva consigo el orgasmo.
Me encantó.
si, si
ambar: realmente me agrada muchisimo tu comentario, de repente tengo el humor por el techo...
saludos y espero q vuelva
comentario de un ex-escritor: taçratá de reescribirlo con menos obviedades. El curso general está bueno, pero hay cosas que te tiran para abajo. No nombres los extremos, los picos, sugerilos, crealos en la persona que lee y no tanto en las palabras.
Muy Bueno te felicito,no sabía nada que escribías , seguí así.
Ahora sigo leyendo los otros.
Uncle Johnny
Publicar un comentario